miércoles, 25 de enero de 2017

El admirable e ingrato trabajo anónimo de los árbitros de base

Iturralde González Por Iturralde González

Esfuerzo admirable. Es muy fácil arbitrar en primera y mantener la ilusión, cuando te bebes la adrenalina líquida de un gran estadio lleno de focos, cuando cada semana te encuentras a dos palmos de lo más granado y disfrutas del reconocimiento dentro del colectivo, sin embargo es realmente difícil y admirable estar domingo tras domingo en esos campos, aguantando todo tipo de experiencias más agrias que dulces y aún así el lunes volver a ponerte de corto, salir a entrenar y esperar a que te llegue la designación del siguiente partido.Y así varios años, en la constancia y la determinación y el ostracismo. Por desgracia muy pocos llegaréis a la élite formal pero élite sois vosotros que hacéis posible que cada fin de semana haya fútbol y que miles de niños que tampoco van a ser estrellas del fútbol puedan disputar todos los fines de semana un partido que para muchos será un sueño y para muchos otros un entretenimiento sano y placentero como buena falta hace. Haber sido un privilegiado no me hace olvidar lo admirable de vuestro trabajo, por lo duro, ingrato y a la vez satisfactorio que es el comienzo en el arbitraje. La élite es una receta con muchos ingredientes: esfuerzo, estudio, preparación física, personalidad y suerte. Todo no está en nuestra mano, pero sí podéis aprovechar la clase de psicología avanzada que resulta cada vez que os vestis de árbitro, un eslabón robusto en vuestra formación como personas, lo mejor que puede pasaros y que nadie os podrá quitar.



Fuente: as.com

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