lunes, 8 de julio de 2019

Galicia se queda sin árbitros en Primera División 25 años después

El único representante de las últimas nueve temporadas, Ignacio Iglesias Villanueva, pasa a ser asistente de vídeo


Galicia se queda sin árbitros principales sobre el césped de los campos de Primera División. No sucedía desde la temporada 1994-1995, tras la etapa del lucense Raúl García de Loza y el pontevedrés Segundo Bello Blanco. Lo cierto es que la presencia de árbitros gallegos ha sido una constante desde el curso 1971-1972, a excepción de la temporada mencionada.

Ayer, el Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol anunció que Ignacio Iglesias Villanueva (Pontedeume, 1975) desempeñará la próxima temporada las funciones de asistente de vídeo en el VAR.

Iglesias Villanueva comenzó a dirigir partidos de la máxima categoría del fútbol español en el año 2010. Desde entonces, era el único representante del arbitraje gallego en la élite. Tomó el relevo del colegiado ourensano Bernardino González Vázquez (actual presidente del Comité Técnico Gallego de Árbitros de Fútbol), que se mantenía en Primera desde el el año 2001.

Desde la 2001-2202 a la 2004-2005 coincidió con Evaristo Puentes Leira, que ya había ascendido para la 1995-1996.

Fueron los años dorados del arbitraje gallego, con tres colegiados en la campaña 1996-1997 (además de Puentes Leira, estaban el lucense José López de la Fuente y el pontevedrés Rafael Hernanz Angulo). López de la Fuente llegó a Primera en 1995 y la abandonó en 1998.

La Liga anterior al paréntesis mencionado en la 1994-1995, Raúl García de Loza, un histórico de Primera, y Segundo Bello Blanco eran los árbitros gallegos de mayor categoría. Remontando en la historia del fútbol español, Galicia siempre había estado representada desde 1972, con la llegada del vigués Fernando Orellana Álvarez.

Tras el informe publicado ayer por el Comité Técnico de Árbitros de la Real Federación Española de Fútbol, el arbitraje gallego cuenta con un nuevo colegiado en Segunda División, el pontevedrés Alejandro Muñiz, que toma el lugar de David Pérez Pallas, que en Segunda B coincidirá con el ascendido Miguel Ferrol Muñiz, más Rubén Eiriz Mata, José Antonio Fernández Rodríguez, Alberto Gómez Lameiro y Alberto Pastoriza Iglesias.

Así las cosas, la presencia de árbitros gallegos en el fútbol profesional se reduce a los asistentes de Primera Alfonso Costoya y Diego Sánchez Rojo; y a los principales de Segunda Javier Iglesias Villanueva (hermano de Ignacio) y Alejandro Muñiz Ruiz; además de los asistentes de Segunda Fabián Blanco, Adrián Díaz, Ricardo Landrove, Abraham Pérez y Enrique Ramos.

El único delegado informador gallego para la próxima temporada será Julio Amoedo Chas, director técnico del comité galaico.


Os dejamos la carta de despedida de Iglesias Villanueva, 
''Siempre seguiré siendo árbitro''

Rosendo firma una canción con este título: Agradecido. Así es como bajo el telón y cierro una etapa de mi vida que ha durado treinta años, los últimos nueve en primera división.

En los finales siempre urge hacer balance desde la perspectiva que da el tiempo y la distancia, y si echo la vista atrás veo al niño que fui y que con catorce años empezó a arbitrar en San Juan y en Aneiros cada fin de semana; primero de “juez de línea” y luego ya como árbitro principal.

Aquellos uniformes negros, mis botas Marco, el silbato de bola, los banderines hechos con el palo de una escoba y un trapo… Todo aquello formaba parte del fútbol de entonces, de aquel arbitraje iniciático que no sabía muy bien adónde me iba a llevar pero que despertó dentro de mí algo que se llama ilusión, la gasolina que me ha movido desde el minuto uno hasta el noventa, que es hoy.

Ilusión por ser mejor, por ir a un campo nuevo, por repetir en otro, por empezar nueva temporada, por acabar la presente, por pitar el final, por lanzar otra moneda al aire, por la cena de antes, la ducha de después, coger otro avión, la ropa de este año, los cambios en las reglas, estar con los que empiezan, por salir el último de mi vestuario, por entrar el primero.

Podría seguir infinito porque así es el arbitraje, una infinidad de cosas, de momentos, de sensaciones que solo pueden comprender aquellos que se han vestido alguna vez con los colores del mejor equipo para mí: el arbitral.

Ser árbitro me ha hecho madurar pronto, dormirme tarde cuando he cometido un error importante (o no dormir), acentuar en mí el sentido de justicia que he tratado de trasladar a mi vida, a escuchar, a ser empático, a tomar decisiones, gestionar emociones, a equivocarme pero seguir, a relativizar, a analizar, a escoger, a enfrentarme a retos, a huir del victimismo, a acertar y pensar ¡toma!, y fallar otra vez y de nuevo acertar… Y seguir. Siempre seguir. Ya ven, Maneras de Vivir.


Por todo ello tengo la certeza de haber elegido la mejor profesión del mundo, aunque tal vez ella me haya elegido a mí. Este tipo de certezas se tienen cuando sabes que algo te hace muy feliz y lo haces consciente.
Sin embargo, las carreras no son posibles sin el público que anime en los arcenes. Y yo he tenido mucho público animando siempre. A ese público fiel, familia, amigos, árbitros, vecinos de Pontedeume: Gracias.

Tampoco quiero olvidarme del sitio de dónde vengo y que me vio crecer como deportista que no es otro que el fútbol base de Ferrolterra: todos sus equipos, entrenadores, dirigentes… Gracias. Y, cómo no, faltaría más, a todos los árbitros que formamos a lo largo de la historia esta singular delegación con nuestro santo y seña particular: ''Ferrol arriba''.

Gracias también a los medios de esta comunidad, siempre me he sentido muy bien tratado y eso no es sencillo que suceda cuando uno es árbitro de fútbol.

El viaje ha sido maravilloso, el sueño cumplido. El arbitraje ha sido generoso conmigo y, como diría Arsenio Iglesias, ''hicimos lo que pudimos''. Nunca hablaré de mi pasado como árbitro porque siempre lo seguiré siendo.




Fuente: lavozdegalicia.es

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