El
estudio y el posterior análisis que tenemos que hacer en estos
encuentros son de gran importancia, y nos van a servir de ayuda,
inclusive más que en partidos que nos han salido perfectos.
Tenemos
que tener claro que se aprende más de un error que de un acierto, no
necesitamos que nadie nos diga que estuvimos mal, un árbitro sabe cuando
no ha estado a la altura de lo esperado, nuestras sensaciones son
diferentes, por alguna razón no estamos bien, las cosas no te salen y se
complican, deseamos que el reloj se mueva un poco más rápido, queremos
que el partido termine lo antes posible.
El periodo posterior al encuentro es muy importante si queremos mejorar y enfrentarnos al próximo partido con éxito.
Tenemos
que tener claro que una vez finalizado el partido no podemos hacer nada,
pero hay más choques, no se acaba el mundo aquí, sólo tienes que
aprender de tus equivocaciones.
PASOS A SEGUIR
1. -
No te castigues ni estés enfadado mucho tiempo y mucho menos le des
vueltas a la cabeza con frases de este estilo: “si hubiese hecho esto”
“si hubiese expulsado a este jugador” “no tenía que haber dicho eso al
central” etc...
- Lo que tienes que tener presente después de un mal partido es no estar lamentándote de tu mala actuación más de un día.
- Dedica las horas posteriores al encuentro a pensar en lo que ha ido mal y el por qué.
- Una vez
finalizado ese tiempo hay que cambiar el chip y pensar en positivo,
nunca te dejes arrastrar por la frustración o el miedo, cabeza alta y
mirar hacia delante.
2.-
Determina cuales han sido las causas del mal partido, que ha pasado
para no ver una jugada en concreto, o que nos ha distraído para no
mantener la concentración. Después de pasar el momento de decepción,
revisa los preparativos durante la semana para ese partido visualizando
nuestras sensaciones en los días previos al encuentro ¿Seguiste los
pasos previos recomendados antes de un partido? Ver vídeos de los
equipos, repasar las reglas de juego, la nueva circular, charla con los
árbitros asistentes antes del encuentro ¿Te saltaste algo? ¿Te
confiaste?
Actúa
como un buen delegado de partido o informador junto a tus árbitros
asistentes y busca los pasos a seguir que te lleven por el buen camino
para conseguir la no repetición de un mal partido, no busques sólo en
los errores de apreciación ¡Vete más allá de eso! Mira mejor que te hizo
no tomar la decisión correcta, mala situación, problemas personales que
nos acompañaron por momentos en el encuentro, hablar demasiado con los
jugadores, tener dudas de lo señalado en jugadas anteriores... Dicho de
otra manera, no busques dónde te caíste, sino donde tropezaste.
3.-
Si no te encuentras bien cambia de táctica, intenta algo nuevo. Si ves
que haciendo la diagonal exigente no estás cómodo, realízala diferente,
adáptala a tí. Tienes que intentar adaptar las recomendaciones del
comité a tus condiciones como árbitro, no al revés, las recomendaciones
son para un perfil determinado, no son para todos los árbitros.
4.-
Si te ves frustrado porque en las segundas partes te faltan fuerzas
para llegar a las áreas, dosifícate bien durante los 90’ no te vuelvas
loco corriendo en la primera parte, intenta buscar siempre una mejor
posición, lee bien el partido para adelantarte a la jugada y así no
necesitas correr tanto.
Estas recomendaciones son para ponerlas en práctica en un partido oficial, ensaya primero en los encuentros de fútbol base.
Posiblemente
te estés agobiando por las exigencias del comité de cómo hay que
arbitrar un partido de fútbol, olvídate de eso y disfruta más del
arbitraje, al final la posición correcta o el mejor árbitro es el que
más acierta.
Las
barreras psicológicas las ponemos nosotros mismos intentando agradar
siempre a otros y no a nosotros. Recuerda, adapta las recomendaciones a
tí, y no al revés.
5.-
Recurre a un árbitro veterano con quién tengas confianza y que te vaya a
ver en un encuentro oficial, éste te dirá con determinación y sin egos
de por medio dónde está tu problema.
Recuerda
siempre que cuantos más errores tengas o cuanto más te equivoques más
vas a mejorar, así que levanta la cabeza y sé lo mejor árbitro que
puedas llegar a ser.
Fuente: CETARA