Entrevista al árbitro de Fútbol Sala del Comité Catalán Alberto Centeno.
Cuando empezó tu ilusión por el arbitraje?
Todo comenzó hace 17 años, que es el tiempo que llevo arbitrando y fue de una manera bastante curiosa, ya que mi hermano me animó a entrar en este mundo. Él ya hacía tiempo que quería ser árbitro a nivel escuela y se apuntó a un curso al que me arrastró. Después de este curso, me di cuenta que me gustaba mucho, y con 19 años ya empecé a arbitrar. Siempre me había gustado el fútbol, y hacerme árbitro era una buena manera de seguir vinculado al deporte. En todos estos años me he entregado por completo y ha acabado convirtiéndose en una tarea más de mi vida.
¿Por qué decidiste ser árbitro de fútbol sala? Siempre he practicado tanto fútbol como fútbol sala. Cuando era pequeño era muy fácil practicar las dos modalidades, ya que en todas las escuelas había una pista o un campo de fútbol, pero practicaba más fútbol sala y por eso no lo dudé.
¿Qué te ha aportado ser árbitro en tu día a día? La visión que tengo del mundo del arbitraje ha ido cambiando a lo largo de los años. Ahora lo entiendo como un elemento más de cualquier deporte, ya que somos una figura necesaria, pero sin tener que convertirnos nunca en los protagonistas. Sin embargo, es innegable que tenemos un papel importante porque somos los que impartimos justicia. Ser árbitro también me ha permitido cambiar mi forma de ser, porque siempre he sido bastante tímido y el arbitraje me ha hecho abrirme más, relacionarme con mucha gente y ser capaz de soportar mucha presión. Cuando esto lo trasladas a otros ámbitos de tu vida, como el trabajo, te sirve y lo notas. He acabado transformando la presión en motivación y he descubierto que soy mejor árbitro bajo presión.El arbitraje también me ha dado seguridad en mí mismo y me ha permitido saber tomar decisiones sin tener en cuenta presiones externas y teniendo claro siempre cuál debe ser la vara de medida que debo utilizar cuando tengo que decidir algo. Asimismo, también he vivido nuevas experiencias, como formar parte del colectivo arbitral de las olimpiadas de policías y bomberos.
¿Qué diferencias hay entre vivir un partido como jugador o como árbitro? Desde que soy árbitro tengo el defecto de fijarme mucho más en cómo actúan los árbitros. Antes era una figura de la que desconocía la dificultad de esta profesión. Y ahora, siempre que alguien critica el colectivo arbitral los animo a probarlo porque se den cuenta de la complejidad que tiene y de cómo lo más evidente se transforma en algo complicado cuando sólo tienes unas décimas de segundos para decidir. La gente debe entender que por más cerca que estés, no tendrás una mejor visión. La diferencia radica en el respeto que tengo por el colectivo y el ejercicio que realizan. Ser árbitro es participar del juego de otro modo.Haber sido jugador me permite entender mejor las reacciones de los jugadores en la cancha porque son momentos de mucha tensión, y de reacciones rápidas e impulsivas. Tienes que dejar que pasen unos segundos para que todos nos damos cuenta de que estamos en un partido y estamos muy acelerados.
Recuerdas tu primer partido? ¿Qué sentiste? Sí, lo vi arbitrar con mi hermano. Antes, cuando los árbitros comenzaban, pasaban por un período teórico y hacían una clase práctica -arbitrar un partido- acompañado de un árbitro senior. Mi primer partido fue en una liga escolar de Barcelona. La primera vez me sentí extraño pero a la vez me di cuenta que podía valer para arbitrar. El arbitraje es una actividad que te permite aprender cosas nuevas y mejorar en cada partido porque nunca puedes decir que lo sabes todo. De hecho, el final de la carrera del árbitro llega cuando te sientes mejor y mejor preparado.
¿Cuál es tu mejor recuerdo arbitrando? Tengo muy buenos recuerdos, empezando por cada uno de los ascensos de categoría que he vivido porque han sido grandes alegrías. El más reciente sería el ascenso a Segunda División porque me costó mucho. Fui cuatro veces en Madrid, porque redujeron las plazas de árbitros, y era muy complicado. Finalmente, conseguí la plaza a la misma vez que mi hermano y ahora somos pareja arbitral.
Como es el hecho de arbitrar con tu hermano? A día de hoy todo son ventajas porque, aunque ya habíamos coincidido en otros momentos de nuestras carreras, ahora mismo somos dos personas con mucha relación, muy bien compenetradas, y esto también lo hace que seamos hermanos y que sólo nos llevamos 16 meses. Al principio sí era un poco cansado, nos vemos a todas horas, tanto en casa como en las pistas, pero como ya no vivimos juntos, nos marcamos nuestras propias exigencias y la pista es nuestro punto de encuentro. Nos entendemos sólo con una mirada o con un gesto y eso con otros árbitros no lo puedo hacer, así como la coordinación que tenemos para el prepartido, el partido y el post. Aunque somos hermanos, no somos iguales, y lo que no aporta uno, lo tiene el otro, y viceversa. Mi hermano es, además, mi mayor apoyo dentro de la pista cuando algo no sale como quisiera.
¿Qué diferencias has notado en el salto de Segunda a Primera División Nacional? Básicamente, los equipos son más profesionales, los jugadores son más técnicos y todo el mundo está más preparado. La exigencia de los partidos es superior y se nota un gran cambio, pero cada ascenso implica tener un periodo de adaptación. Además, de Segunda a Primera todos los partidos registran, algunos se televisan y todo queda grabado. La parte positiva de esta repercusión es que tienes más mecanismos para mejorar y conocer a los jugadores. Mi hermano y yo hemos tenido la suerte de pitar partidos muy importantes en pabellones llenos a rebosar, como el derby de enero entre el Barça Lassa y el Catgas Energía, que fue el primero televisado. Personalmente, esta presión me va bien porque me exige más y me hace arbitrar mejor, así no me puedo relajar en ningún momento.
¿Qué retos te has marcado ahora que estás en Primera División? Los retos y las metas que me marco siempre suelen ser a medio o largo plazo y de rebote implican metas a corto plazo, como mejorar partido a partido tanto a nivel físico como técnico. Me gustaría conseguir que me asignaran más partidos de la parte alta de la tabla, partidos decisivos para la clasificación o partidos de la Copa de España. Para mí sería un gran éxito que los frutos de todo este trabajo me permitieran arbitrar partidos internacionales, pero no lo tengo marcado como objetivo para que prefiero concentrarme en lograr cosas más cercanas y disfrutar de todos los partidos.
Como valoras el trabajo que está haciendo el CTAFS? Como hace muchos años que estoy dentro del CTAFS, he visto cómo ha evolucionado y cómo ha ido cambiando todo, especialmente los Comités Técnicos de Árbitros. Ha habido una gran progresión y se está focalizando mucho en la parte técnica, práctica y psicológica. El número de horas que se dedican a desarrollar estas tres habilidades ha aumentado mucho y se está construyendo una base muy sólida que dará frutos a medio y largo plazo. Creo que, si no lo somos ahora, seremos una de las mejores regiones en cuanto a Comités Técnicos de Árbitros. De hecho, los árbitros sólo somos una parte del engranaje que hace crecer todo el fútbol sala. El crecimiento, sin embargo, sólo se consigue con dedicación por parte de todos y más de los veteranos, que debemos saber transmitir esta pasión que nos han dado personas cercanas a nosotros.
Fuente: fcf.cat
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