miércoles, 10 de mayo de 2017

El fin de la violencia, cosa de todos

La violencia en los campos de fútbol vuelve a ser protagonista. Está en la mano de todos cambiar un hecho lamentable para el deporte, la educación y la sociedad. Se antoja fundamental que árbitros, entrenadores, jugadores, padres y periodistas trabajen conjuntamente.
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Aquí resumimos este artículo del periódico digital Vavel.


Basta ya. Ya está bien de que el deporte (fútbol) base, modesto, aficionado, amateur, pongan el adjetivo que quieran, solo sea noticia por peleas, trifulcas o agresiones. Siempre son los mismos los que manchan el deporte. Para eliminar los ultras pegándose con la excusa del fútbol no se pueden permitir actitudes realmente vergonzosas como las que se pueden ver cada fin de semana en los campos de cualquier parte del mundo.

La culpa es de todos. Periodistas, jugadores profesionales, aficionados, padres, árbitros, entrenadores. Es cosa de todos.

El deporte es un reflejo de la sociedad, y desgraciadamente, hoy en día no se pueden tratar estos acontecimientos como “casos aislados”. No. Si se sigue haciendo así, si se sigue negando rotundamente que hay un problema muy evidente, la bola de nieve seguirá creciendo y creciendo. El primer gran perjudicado será el fútbol, y con él, los pequeños y futuros futbolistas, pero hay más. ¿Qué pasa con la educación? ¿Y con la sociedad? ¿Qué se le dice a un hijo cuando salen casos de agresiones graves como estos, pero al mismo tiempo se sigue viendo como algo normal los insultos a los árbitros en todos los campos de Primera División? Hay que ampliar las miras, ponerse objetivos como sociedad, trabajar conjuntamente y, sobre todo, ser conscientes de la gravedad de la situación.

Los padres, ¿ejemplo a seguir para bien o para mal?

La educación empieza en casa. Es cierto que para muchos jóvenes deportistas el aprendizaje, tanto para bien como para mal, les marca más si proviene de un ámbito que les motiva, como suele ser en este caso el sector del deporte.
Si el niño ve cómo el padre cuestiona todo lo que dice el entrenador, ya sea en casa, en cualquier conversación “off the record” o en pleno partido, el propio chaval será el primero que no respetará la autoridad de su entrenador.
La figura del “papá entrenador” es una de las que más daño ha hecho en los últimos tiempos en nuestro país. Clubes, escuelas y equipos llevan años preguntándose cómo acabar con esta lacra.

La prensa genera un caldo de cultivo en torno al fútbol que, inevitablemente, se traslada a los campos de niños. Árbitros que cometen errores, gestos antideportivos que copan portadas, situaciones extra deportivas, comentarios, críticas, declaraciones… al final todo desemboca en hacer del fútbol un deporte convulso. Además, parece que cuando se habla de fútbol base en los medios se hace únicamente por dos motivos: o para destacar algo negativo, lo cual atrae todas las miradas, destapa los tintes sensacionalistas y parece que solo reclama el morbo.

Es evidente que también hay proteger a los árbitros. Insultos, vejaciones, humillaciones, protestas, violencia, acoso… por parte de la grada, los padres, los entrenadores y los propios jugadores. No es nada nuevo, pero duele mucho cada vez que ocurre. Es muy triste y muy lamentable que no se pueda disfrutar de un partido por culpa de unos pocos. Porque sí, los árbitros también son deportistas y también disfrutan pitando partidos. Se equivocan, como se equivoca un entrenador al hacer los cambios o un padre al llevar tarde a su hijo al partido.


Para ver el reportaje completo pincha aquí


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Fuente: Vavel.com

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