Estoy seguro
que muchos compañeros os vais a sentir identificados con la
siguiente frase: “¿¿¿Ahhh, que eres árbitro de futbito??? Pero
ahí no corréis casi nada, desde el medio campo lo ves todo”.
Tu primera
respuesta, ya un poco indignado, es que no es “futbito”, es
FÚTBOL SALA con mayúsculas, ya que nuestro deporte se ha ganado
desde hace ya bastantes años ese nombre, tanto por número de
licencias federativas, como por seguimiento de medios de comunicación
y espectadores. Prueba de ello, han sido los últimos eventos
organizados, tales como la Copa de España en el Wizink Center con
más de 12.000 espectadores, la Final Four de la UEFA FUTSAL CUP en
Zaragoza (9.000 espectadores), o las últimas demostraciones de la
afición de Jaén, sobre todo, con desplazamientos masivos a Cáceres
(6.500) y Granada (9.000, un lunes, ojoooo).
Centrándonos
más en el tema arbitral, no es cierto que el árbitro de fútbol
sala no corra y no tenga que estar preparado físicamente. Sí que es
cierto que no corremos las mismas distancias que un árbitro de
fútbol, ya que nuestro campo es mucho más reducido. Ahora bien, por
lo general, nuestras jugadas suelen ser mucho más rápidas y
explosivas, por lo que estamos en continuo movimiento durante todo el
partido, de hecho solo hay que ver que los equipos actualmente
realizan rotaciones de equipo cada 3 minutos.
También el
factor ambiental, la presión, el calor que se concentra en un
pabellón cubierto, afectan y bastante sobre la condición física
que debemos tener durante toda la temporada, pero sobre todo ahora en
el tramo final de la temporada, donde se juegan los PLAYOFF. Un
ejemplo es el Palau Blaugrana, una cancha muy recogida, un público
muy encima de la pista, donde se pueden concentrar 7.500 personas, y
en pleno mes de junio, como va a ocurrir la próxima semana con la
celebración del 3º y 4º partido de la Final de Liga entre FC
Barcelona Lassa e Inter Movistar. Se dan todas las circunstancias de
máxima exigencia para un árbitro de fútbol sala y hablo con
conocimiento de causa, ya que el partido más exigente a nivel físico
y mental de mi carrera, lo recuerdo perfectamente y fue igual que el
caso anterior, una Final de Liga, en el Palau a reventar, pero contra
El Pozo Murcia, donde hubo alguna fase, al final, que noté que el
partido me estaba sobrepasando y es lo peor que te puede pasar,
perder el control.
Desde
entonces, entendí que no solo hay que estar preparado a nivel físico
para aguantar las carreras del partido, sino que hay estar preparado
muy por encima, para poder aguantar las condiciones ambientales, y la
presión que el público y los jugadores te pueden infundir por todo
lo que hay en juego, y tomar las decisiones correctas en cada
momento.
Por todo
ello, invito a las nuevas generaciones a que se preparen a
conciencia, que los equipos están cada vez mejor preparados y
nosotros tenemos que estar a la altura en todos los niveles.
Fuente: Carlos Munez
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