La imagen no solo es cuestión de ponerse un buen traje y corbata, es saber moverse, ser educado, rico en valores y un ejemplo a imitar por todos. Las personas y los grandes profesionales se ven cuando surgen los problemas, ahí es donde tenemos que aguantar la presión y vestirnos por los pies, ninguna decisión, ningún problema nos puede hacer perder las formas, si nos dejamos llevar por la corriente de la pasión, dañaremos nuestra imagen. Podemos decir lo que queramos siempre que antes hayamos pensado lo qué queremos decir y cómo decirlo.
Siempre que puedas intenta tener una oratoria optimista y ser empático. Habla con respeto y elegancia dejando atrás viejas rencillas o errores que pudieron perjudicarte. Demuestra a través del lenguaje tu educación y respeto por el trabajo de los demás. Eso no quiere decir que te calles las cosas, no te confundas, se trata de trasmitir tus pensamientos desde el respeto por el adversario, compañero, rival o árbitro, porque en esta vida todos somos necesarios si queremos llevar el barco a buen puerto. Las críticas siempre constructivas.
Extracto del libro: “Saca tu alma de árbitro”
Fuente: elsilbatodeperezlima
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