Collina: “Los únicos seguidores de los árbitros son ellos mismos”
Nacido en
Viareggio (13/02/1960), árbitro desde que tenía 17, referente mundial
en lo suyo, eso tan difícil del arbitraje, todo el mundo del fútbol sabe
perfectamente quien es Pierluigi Collina, colegiado de la serie A
italiana desde 1991 a 2005, triunfador en un oficio sometido a
constantes análisis y a reiteradas injusticias y señalado por la
Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS) como el mejor
de la historia entre los de su clase.
De
imponente aspecto, cuidadoso en lo externo, español hablante casi
perfecto, llegó al fútbol “casi inconscientemente”. “Un día lo pensé y…
Hay veces en la vida en las que uno hace cosas sin razón aparente”.
Jugaba de defensa, “de libero, por detrás de la línea”, me reitera,
hasta que alguien le animó a que se dedicara al arbitraje. Fue una
especie de visto y no visto. Tres años más tarde estaba arbitrando
partidos de regional que compartía con el servicio militar. En 1988
llegó a la Tercera División italiana.
“No era
malo jugando, pero he sido mejor como árbitro”, me apunta con una
sonrisa franca en la “Ciudad del Fútbol” de la RFEF, después de mantener
una corta entrevista con Ángel Villar, presidente de la Comisión de
Árbitros de FIFA. Él como todos, antes del arbitraje, tenía su equipo en
el Bolonia. “El Bolonia y el Lazio”, confiesa antes de desgranar como
el mundo del arbitraje acabó con esas pasiones partidistas. La anécdota
es tan terminante como esclarecedora. “Un año tuve que arbitrar el
partido de vuelta, de descenso, de “play out”, entre el Bolonia y el
Parma. El Bolonia (su equipo de niño) había ganado el de ida a
domicilio. El de vuelta lo jugaba como local y con Collina como
colegiado. Y se fue a Segunda. “Para mí fue un partido más”, recuerda.
“Es cuestión de profesionales”, remacha.
“Los
árbitros son seguidores de sí mismos”, señala sin dudar Pierluigi
Collina cuando hablo con él de la escasa adhesión que su tarea alcanza
entre los aficionados, siempre suspicaces. Esa muestra de realismo no le
impidió superar cuántos obstáculos encontró en el camino “hasta llegar a
un punto al que nunca pensé que llegaría”. Consultor financiero de
profesión afirma que “el arbitraje no es una profesión entendida como
tal, aunque es evidente que al nivel máximo resulta difícil compaginar
el trabajo con las exigencias que reclama el arbitraje”.
“Cuando me inicié sólo
pensaba en conocer las
Reglas de Juego y en
correr, en correr poco”
|
Cuando se
habla de un árbitro como ejemplo muchos darían el nombre y apellidos de
este italiano del norte, Pierluigi Collina, apodado “El pelado”. De
ojos claros, mirada traviesa y palabras rotundas, ligado ahora al Comité
de Árbitros de la UEFA, asesor de la Asociación de Árbitros Italianos,
seguro siempre, Collina admite que el mundo del arbitraje ha variado
muchísimo no sólo con relación al de hace 15 o 20 años, sino con
relación al de hace unos pocos. “Ha cambiado muchísimo y no hablo solo
de aquel arbitraje en el que me inicié, hablo del de hace nada. Cuando
yo me convertí en internacional pensaba en conocer las Reglas de juego y
correr”. “Correr poco”, dice sonriendo. “Hoy ya no es así”.
Pero,
¿qué es lo que ha ocurrido? ¿Dónde se ha producido la transformación?
¿Qué había que cambiar? “Lo que ha cambiado es la mentalidad. Pregúntele
a Carlos Velasco”. Collina se anticipa. “Hace 15 0 20 años a los
árbitros lo que les importaba eran las Reglas. Yo siempre he creído que
en su trabajo uno debe saberlo todo”. ¿Qué es ese todo? Pierluigi lo
explica sin dilación. “Ahora, los árbitros se informan sobre todo
aquello que puede ocurrir en un partido más allá incluso de las Reglas.
Estudian el modo de jugar de los equipos. Si actúan con cinco defensas o
con cuatro, con cuatro volantes o con tres, si un jugador saca un
córner con la derecha o con la izquierda, si otro lanza saques de banda a
45 metros… Conocer eso contribuye a saber con qué te puedes encontrar y
al saberlo mejoras, porque puedes focalizar mejor las situaciones que
se dan y eso te ayuda a ser más listo”.
No hay
dudas en cuanto a ello y si las hubiera, el propio Collina recomienda
dirigirse a las Reglas de Juego que dicen “en opinión del árbitro…”.
Conocedor del arbitraje español, al que señala como “bueno”, Pierluigi
está inmerso ahora en un programa de UEFA, “CORE”, que tiene como
finalidad mejorar el arbitraje en aquellos países que no son de primer
nivel. “Estamos muy satisfechos de los resultados que está dando”.
Collina advierte, sin embargo, sobre los excesos de violencia verbal
contra colegiados muy jóvenes, agresiones que a menudo provienen del
entorno más próximo a los jugadores que disputan los partidos. Ambiguo
en su posicionamiento sobre la aplicación de tecnologías en la línea de
meta, “yo soy un técnico y mi trabajo es cumplir lo que decidan otras
instancias”, asegura, Collina afirma su satisfacción por los árbitros
adicionales en la línea de meta, “lo que ha constituido todo un éxito”.
No se atreve, sin embargo, a asegurar si un día llegaremos a la utopía
del “arbitraje perfecto” para todos los aficionados, ganadores y
perdedores. “Depende de lo que entendamos por eso”, me dice antes de
concluir la entrevista.
Fuente: Revista RFEF y CETARA
No hay comentarios:
Publicar un comentario