miércoles, 12 de diciembre de 2012

Collina: “Los únicos seguidores de los árbitros son ellos mismos”

Collina: “Los únicos seguidores de los árbitros son ellos mismos”

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Nacido en Viareggio (13/02/1960), árbitro desde que tenía 17, referente mundial en lo suyo, eso tan difícil del arbitraje, todo el mundo del fútbol sabe perfectamente quien es Pierluigi Collina, colegiado de la serie A italiana desde 1991 a 2005, triunfador en un oficio sometido a constantes análisis y a reiteradas injusticias y señalado por la Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS) como el mejor de la historia entre los de su clase.
De imponente aspecto, cuidadoso en lo externo, español hablante casi perfecto, llegó al fútbol “casi inconscientemente”. “Un día lo pensé y… Hay veces en la vida en las que uno hace cosas sin razón aparente”. Jugaba de defensa, “de libero, por detrás de la línea”, me reitera, hasta que alguien le animó a que se dedicara al arbitraje. Fue una especie de visto y no visto. Tres años más tarde estaba arbitrando partidos de regional que compartía con el servicio militar. En 1988 llegó a la Tercera División italiana.
“No era malo jugando, pero he sido mejor como árbitro”, me apunta con una sonrisa franca en la “Ciudad del Fútbol” de la RFEF, después de mantener una corta entrevista con Ángel Villar, presidente de la Comisión de Árbitros de FIFA. Él como todos, antes del arbitraje, tenía su equipo en el Bolonia. “El Bolonia y el Lazio”, confiesa antes de desgranar como el mundo del arbitraje acabó con esas pasiones partidistas. La anécdota es tan terminante como esclarecedora. “Un año tuve que arbitrar el partido de vuelta, de descenso, de “play out”, entre el Bolonia y el Parma. El Bolonia (su equipo de niño) había ganado el de ida a domicilio. El de vuelta lo jugaba como local y con Collina como colegiado. Y se fue a Segunda. “Para mí fue un partido más”, recuerda. “Es cuestión de profesionales”, remacha.
“Los árbitros son seguidores de sí mismos”, señala sin dudar Pierluigi Collina cuando hablo con él de la escasa adhesión que su tarea alcanza entre los aficionados, siempre suspicaces. Esa muestra de realismo no le impidió superar cuántos obstáculos encontró en el camino “hasta llegar a un punto al que nunca pensé que llegaría”. Consultor financiero de profesión afirma que “el arbitraje no es una profesión entendida como tal, aunque es evidente que al nivel máximo resulta difícil compaginar el trabajo con las exigencias que reclama el arbitraje”.
“Cuando me inicié sólo
pensaba en conocer las
Reglas de Juego y en
correr, en correr poco”
Cuando se habla de un árbitro como ejemplo muchos darían el nombre y apellidos de este italiano del norte, Pierluigi Collina, apodado “El pelado”. De ojos claros, mirada traviesa y palabras rotundas, ligado ahora al Comité de Árbitros de la UEFA, asesor de la Asociación de Árbitros Italianos, seguro siempre, Collina admite que el mundo del arbitraje ha variado muchísimo no sólo con relación al de hace 15 o 20 años, sino con relación al de hace unos pocos. “Ha cambiado muchísimo y no hablo solo de aquel arbitraje en el que me inicié, hablo del de hace nada. Cuando yo me convertí en internacional pensaba en conocer las Reglas de juego y correr”. “Correr poco”, dice sonriendo. “Hoy ya no es así”.
Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido? ¿Dónde se ha producido la transformación? ¿Qué había que cambiar? “Lo que ha cambiado es la mentalidad. Pregúntele a Carlos Velasco”. Collina se anticipa. “Hace 15 0 20 años a los árbitros lo que les importaba eran las Reglas. Yo siempre he creído que en su trabajo uno debe saberlo todo”. ¿Qué es ese todo? Pierluigi lo explica sin dilación. “Ahora, los árbitros se informan sobre todo aquello que puede ocurrir en un partido más allá incluso de las Reglas. Estudian el modo de jugar de los equipos. Si actúan con cinco defensas o con cuatro, con cuatro volantes o con tres, si un jugador saca un córner con la derecha o con la izquierda, si otro lanza saques de banda a 45 metros… Conocer eso contribuye a saber con qué te puedes encontrar y al saberlo mejoras, porque puedes focalizar mejor las situaciones que se dan y eso te ayuda a ser más listo”.
collina4Debemos deducir, por tanto, que ahora el arbitraje es más completo. ¿O mejor? Se lo pregunto. “Más completo o mejor? “Más completo, porque, en efecto, ahora los árbitros saben mucho más de fútbol”. No obstante, y a pesar de ello, siguen estando en el ojo del huracán, porque si hay algo imposible de lograr es convencer a las aficiones de que no tienen nada que ver en los triunfos o derrotas de los equipos. El tema de la uniformidad de criterios es uno de los puntos que más se debaten y uno de los que Collina desmonta con rotunda facilidad y yo diría que hasta con cierto regusto docente. “Si planteamos la misma jugada al análisis de un jugador que ha sido delantero y a otro que ha sido defensa lo más probable es que ambos lo ven de forma diferente”.
No hay dudas en cuanto a ello y si las hubiera, el propio Collina recomienda dirigirse a las Reglas de Juego que dicen “en opinión del árbitro…”. Conocedor del arbitraje español, al que señala como “bueno”, Pierluigi está inmerso ahora en un programa de UEFA, “CORE”, que tiene como finalidad mejorar el arbitraje en aquellos países que no son de primer nivel. “Estamos muy satisfechos de los resultados que está dando”. Collina advierte, sin embargo, sobre los excesos de violencia verbal contra colegiados muy jóvenes, agresiones que a menudo provienen del entorno más próximo a los jugadores que disputan los partidos. Ambiguo en su posicionamiento sobre la aplicación de tecnologías en la línea de meta, “yo soy un técnico y mi trabajo es cumplir lo que decidan otras instancias”, asegura, Collina afirma su satisfacción por los árbitros adicionales en la línea de meta, “lo que ha constituido todo un éxito”. No se atreve, sin embargo, a asegurar si un día llegaremos a la utopía del “arbitraje perfecto” para todos los aficionados, ganadores y perdedores. “Depende de lo que entendamos por eso”, me dice antes de concluir la entrevista.

Fuente: Revista RFEF y CETARA


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