martes, 22 de octubre de 2013

El Comité Gallego y el Catalán una gran iniciativa

Los diez árbitros de Tercera participantes en el intercambio territorial con Cataluña hacen balance

-         Es una iniciativa que nació como pionera y que este año se repetirá.

-         José Luis González Sobrado, colegiado vigués participante en la actividad, afirma que experiencias como esta, “te hacen más árbitro y te ayudan a ver un fútbol diferente”.

-         En opinión de aquellos que la han vivido, como el árbitro ourensano José Ramón Jiménez Alberte, la experiencia debería extenderse a más comunidades autónomas.



Terminada la temporada en la que la iniciativa de intercambio de colegiados de Tercera División entre los comités catalán y gallego se puso en marcha (2012-2013) y comenzada ya la segunda que permitirá esta actividad, los diez árbitros gallegos que participaron en el intercambio territorial hacen balance de la experiencia. La conclusión es que es enriquecedora y positiva, pero que todavía se puede mejorar ampliándola a más territorios.

Desde que el Programa de Talentos y Mentores está vigente, aquellos colegiados que superen los 30 años y todavía no hayan ascendido a Segunda División B, ya no podrán hacerlo. De este modo, la edad ha limitado las aspiraciones de una parte del colectivo arbitral. Buscando dotar a ese grupo de una motivación extra, desde el Comité Técnico Gallego de Árbitros de Fútbol (CTGAF) y el Comité Catalán, se ideó una iniciativa pionera en España. Entre ambos se articuló un intercambio de colegiados que permitió que diez partidos de la Tercera División catalana fuesen pitados por árbitros gallegos y viceversa.

Cuando la pasada campaña el CTGAF les comunicó la iniciativa los colegiados implicados, éstos la acogieron con una mezcla de entusiasmo y sorpresa. “Me pareció una idea totalmente innovadora, una forma de ofrecer un aliciente a los árbitros que nos habíamos quedado sin la oportunidad de ascender por ser mayores de 30”, comenta el betanceiro Xabier Rodríguez Campos. Víctor Manuel García Villaverde, de Ferrol, asegura que fue “una inyección de moral”.

Viajaron a Cataluña, sin miedos ni reservas, más allá de la responsabilidad de dejar el pabellón del CTGAF bien alto, tal y como deja ver Rodríguez Campos.

Víctor Manuel García Villaverde tiene claro que la experiencia le ha enriquecido como colegiado, “poder arbitrar su liga aporta la visión de un fútbol que tiene aspectos distintos al nuestro y de los que siempre se aprende. Tuve la oportunidad de guardar el DVD del partido, lo cual me ayuda a mejorar como árbitro. No es habitual poder ver un partido entero en esta categoría y da la posibilidad de ver aspectos con recorrido de mejora”.

Cómo mejorar el intercambio

La lectura es positiva en todos los casos y cuando a estos diez colegiados se les pregunta cómo mejorar la iniciativa, algunos, como el ourensano José Ramón Jiménez Alberte, o el coruñés Óscar López Fernández, hablan de expandirla a otras comunidades autónomas. El árbitro ourensano José Ramón Jiménez Alberte, que atesora 20 años pitando, cree que el comité nacional “debería extender el programa y que todos los árbitros, sea cuál sea su comunidad autónoma, tuviesen acceso ala experiencia”.

Romper con la rutina y crecer

Entre los aspectos positivos de esta iniciativa los colegiados participantes destacan los lazos que se han forjado entre las diferentes delegaciones de uno y otro comité, amén de las personales entre colegiados. La “ilusión” con la que afrontaron el reto y que esta experiencia les haya permitido salir de la “rutina”. Óscar Martínez, de Cabana de Bergantiños explica: “Salir de tu hábitat arbitral te hace madurar como colegiado. Eso conlleva una mayor motivación y a que la preparación física y teórica se vea incrementada para dejar en buena estima a nuestro comité allá dónde vayamos”. Martínez explica que este intercambio les ha permitido “conocer el fútbol y el arbitraje desde una perspectiva diferente. Y sobre todo crecer como árbitros y personas”.

El colegiado vigués Miguel Ángel Pérez Cabaleiro es otro de los que destaca los vínculos que se crean con este tipo de iniciativas “la convivencia de esta experiencia con los compañeros del comité catalán es donde reside el éxito de esta iniciativa, y también la acogida que reciben  en nuestras respectivas delegaciones”.

Su compañero de delegación, el también vigués José Luis González Sobrado, afirma que experiencias como esta, “te hacen más árbitro y te ayudan a ver un fútbol diferente al que tenemos en nuestra comunidad. Desde mi punto de vista, el juego en Cataluña era mucho más físico y rápido”.

El lucense Javier Pérez Prado explica otro aspecto a tener en cuenta y por el cual cree que incentiva la motivación: “El nivel de autoexigencia ya es alto en un partido en Galicia. Pero es superior cuando representas al arbitraje gallego fuera de tu comunidad.

Lo realmente diferente, el prepartido

La convivencia con miembros de otro comité, la preparación previa al partido (viajes, hoteles, comidas fuera de casa, horarios matutinos, etc.), la superficie (sintética en muchos casos), o el idioma, es lo que principalmente destacan como singular de su partido en Cataluña los participantes.

El compostelano Gonzalo Goyanes fue el primero en vivir la experiencia y asumió que esa circunstancia conllevó “generar un poco de repercusión en los medios”.

Por el resto, a cada uno le tocó un partido diferente, exactamente igual que les hubiese sucedido en Galicia. Y como en cualquier otro encuentro se intentó repartir justicia. Se sacaron tarjetas cuando hizo falta. Por ejemplo, el santiagués Toño García tuvo que expulsar a un jugador y señalar penalti, mientras que Óscar Martínez, hubo de amonestar a un jugador por simularlo. Más fácil se lo pusieron a Rodríguez Campos que sólo pitó cuatro faltas en todo el primer tiempo del Palamós-Figueres que le tocó arbitrar en febrero.

Esta actividad, pensada para aquellos a los que la edad no permitirá ascender servirá también en el futuro para potenciar las cualidades de los colegiados que destaquen en el plan de Talentos. Mientras, supone un aliciente para los que han alcanzado su techo en lo que a categorías se refiere, pero que todavía tienen mucho que aportar al arbitraje en activo.


Fuente: arbitrosfutbolgalicia

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