martes, 11 de noviembre de 2014

EL ÁRBITRO TAMBIÉN ES DEPORTISTA



Juez, autoridad deportiva teóricamente única e inapelable para dirigir los partidos e impartir justicia, haciendo cumplir las reglas de juego en el partido y decidiendo sobre cualquier posible interpretación de las mismas, siendo definitiva su decisión en los hechos relativos al juego.
Nos referimos así a la persona (hombre o mujer) que durante el partido cuida de que se cumpla la reglamentación de nuestro deporte, cosa harto difícil por varios motivos:
La primera y más importante dificultad que se encuentra es la rapidez o premura de la toma de decisiones  por su parte en cualquier decisión juzgada, ya que éstas deben ser instantáneas y ser tomadas con seguridad y convicción, ya que una vez pitadas, rara vez hay vuelta atrás. Para ello ha de poseer una gran concentración y atención al juego que le haga que esas decisiones a tomar estén lo más fundamentadas que sea posible, habida cuenta la cantidad de condicionantes externos que se encontrará durante todo el partido y que podrían, de no estar lo suficientemente atento al juego, distraerlo en el momento menos oportuno, con lo que perdería momentáneamente la seguridad y le haría, con toda probabilidad, equivocarse en su decisión a pitar.
Otra dificultad a tener muy en cuenta a la hora de  arbitrar un encuentro es la movilidad del árbitro por el terreno de juego. Un terreno de juego que oscila entre los dos mil cuatrocientos a los seis mil trescientos metros cuadrados aproximadamente de un campo de fútbol siete o fútbol once respectivamente. No es igual pitar de manera estática que hacerlo desplazándose continuamente por el terreno de juego, por  lo que su preparación física ha de ser importante y específica para  esos movimientos y desplazamientos constantes y rápidos que debe realizar para estar siempre en el lugar de la acción principal, lo más cerca posible de la jugada, pero sin estorbar a los movimientos y desplazamientos de jugadores y balón.
Una más: la concentración o acumulación de muchos jugadores de ambos equipos en la zona de la acción, que en ocasiones crean zonas pozo para la visión del árbitro, el cual puede encontrarse con una gran dificultad para apreciar la acción a juzgar debido a esa acumulación de jugadores en un pequeño espacio del terreno de juego.
Del mismo modo, se encuentra con otro hándicap a la hora de tomar sus decisiones; la velocidad con la que transcurren las acciones del juego en el fútbol, hace que tenga que ser también muy rápido a la hora de decidir el pitar lo que ha sucedido en la jugada, sucediendo a veces  que la acción antirreglamentaria, debido a esa velocidad de los jugadores y del balón, ocurra fuera de su ángulo de visión, debido a que ya se encontraba siguiendo la acción y la dirección del balón cuando la acción antirreglamentaria ocurre en la acción del pase.
A todos estos problemas a la hora de arbitrar, se les suma la gran capacidad de teatralidad de algunos jugadores, los cuales no dudan en tratar de engañarlo constantemente para ocultar la realidad de la acción, sacar beneficio propio o de su equipo o ocultar sus propios errores o fallos achacándoselos a una acción antideportiva del adversario.
Por si fuese poco, además de todos esos inconvenientes, se encuentra con que se encuentra solo dentro del terreno de juego, y decimos solo porque, durante casi todo el encuentro, va a encontrarse a una distancia de alrededor de 50 metros de sus árbitros auxiliares en banda y del cuarto árbitro y los jueces de gol; cuando los tienen, porque si hablamos de fútbol base, e incluso fútbol amateur, hay muchísimas ocasiones en que se encuentra SOLO de verdad ante dos equipos de 11 jugadores más sus respectivos cuerpos técnicos y aficiones que buscan lo mismo, ganar el partido le pese a quién le pese.
Todos estos condicionantes hacen que se cree en el árbitro un cansancio extra que está claramente relacionado con los errores que pueda cometer durante el partido y que, pueden condicionar gravemente el devenir del mismo.
Es por ello que, cuanto más en forma esté el árbitro, menos fatiga acumulará durante el partido y le beneficiará a la hora de decidir en décimas de segundos las rápidas jugadas en las que tenga que actuar durante el encuentro, porque, recordemos que los equipos tienen la posibilidad de efectuar cambios o sustituciones por cansancio, lesión o decisión técnico-táctica del entrenador durante los noventa minutos, pero el árbitro debe  actuar en constante movimiento durante los noventa minutos sin cambio ni sustitución por cansancio, por lo que debe tener una gran resistencia, velocidad de desplazamiento en pequeños y largos desplazamientos y velocidad de reacción entre otras muchas, por lo que, esperemos que, al menos ayudemos con este texto a que  todo el  que lea estas líneas entienda y vea al árbitro como lo que es, como un deportista más dentro de nuestro mundo del fútbol, la única diferencia con los jugadores es que él juega sin balón.





Fuente: www.az-futbol.com

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