lunes, 19 de junio de 2017

Iglesias Villanueva: ''Quiero ser justo las 24 horas''

Ha dirigido más de 140 partidos en la élite y reconoce que ve todo el fútbol que puede


Ignacio Iglesias Villanueva (Pontedeume, 41 años) es árbitro de fútbol y lleva ya siete temporadas - más de 140 partidos- en Primera. Asegura que no fue fácil llegar y que no es menos complicado mantenerse. Explica que ser árbitro lleva consigo un enorme trabajo detrás, tanto técnico como físico y psicológico, y además «el arbitraje es una forma de vivir, quieres ser justo las 24 horas del día». Añade que el salto a Primera es bestial, que lo de pitar ante 100.000 personas impresiona al principio, aunque después uno se curte, madura y lo relativiza todo.


-En cada partido hay 20 cámaras de televisión pendientes del juego. Cualquier pequeño fallo queda siempre al descubierto. ¿Hace más difícil el arbitraje?
-Arbitrar siempre fue difícil: ahora estamos más expuestos, vigilados por todas partes, es una barbaridad. Tú haces tu trabajo y necesitas estar concentrado y que nada te distraiga del fútbol, que es lo más importante.

-¿Es más complicado pitar a los grandes?

-El trabajo es el mismo en todos los campos. Sin embargo cuando arbitras a un club que arrastra a tanta gente, tanta pasión y medios, cualquier cosa que sucede se maximiza. Para nosotros es otro partido de once contra once, aunque reconozco que cuando me toca pitar a un Real Madrid o el Barcelona, tienes el mensaje de tu madre y doscientos más en el WhatsApp, amigos a los que les impresiona que tú seas quien va a estar allí en el medio, aunque siempre en plan broma. Cuando arbitro al Osasuna solo tengo un par de ellos.

-¿Es del Madrid o del Barcelona?

-La gente tiene metido en la cabeza que los árbitros tenemos que ser de algún equipo y no es así. Yo lo expliqué mil veces y nadie me cree. Cuando eres árbitro te vuelves muy frío, ves el fútbol de otra manera. Yo lo que quiero es acertar, no equivocarme y que a mis compañeros les pase lo mismo. Me gusta que a los equipos gallegos les vaya bien, que el Dépor y el Celta sigan en Primera, el Lugo en Segunda o que el Racing de Ferrol suba a Segunda. Tengo amigos en estos clubes, es lo natural, aunque más allá de este tema, la verdad es que no soy de ningún equipo.

-¿Es difícil llegar a Primera?
-Muy complicado. Yo valoro en donde estoy y me considero un privilegiado. Cada día que me levanto de la cama digo «qué suerte tengo y qué afortunado soy». Hay 15.000 árbitros y solo 20 pitamos en Primera. Trabajo al máximo para seguir ahí, ya que es lo que más me gusta hacer. Es impresionante disfrutar de la Liga en Primera. Yo estaría ahí aunque fuera de recogepelotas.

-¿Es usted humilde?
-Yo nunca me creí un crack, en el momento en que piensas que eres un artista, te llega un hachazo de cualquier lado.

-Le habrán pasado un montón de anécdotas...
-Nos pasan cantidad de cosas, a veces son chorradas. Recuerdo que en un partido de Primera, vi que en la revisión del asistente un jugador se sacaba la alianza y la metía en la boca. Se lo recriminé: «¿Cómo haces estas cosas de crío?», le dije. Me contestó: «No sabes los problemas que tengo en casa con mi mujer si me ve en la tele sin el anillo». Recuerdo otra en un hotel, eran las dos de la madrugada y en la habitación de al lado había un follón increíble. Me levanté y llamé a su puerta, tenían una fiesta de Halloween. Le dije que era árbitro, que tenía que dormir, que al día siguiente pitaba. Me dijo que me pusiera el disfraz de árbitro y que entrara a tomar algo.

-¿Algo que le marcara?
-Las lesiones, tuve una muy gorda, rompí el tendón de Aquiles con 20 años y creí que tenía que dejar el arbitraje.

-¿Un error?
-No le señalamos un penalti a Iniesta y además le saqué tarjeta. Yo pité lo que vi, pero luego la tele es implacable. Ves que hubo contacto y lo derriba. Tú estás en casa y dices ¡Madre mía!. Como máximo te puedes flagelar un día; a partir de ahí hay que tirar. Esa jugada me la recriminó un vecino en el ascensor, el carnicero, en la panadería o en el súper... Todo el mundo te pregunta qué pasó. Hay que convivir con eso, no te puedes enfadar.

-¿Ve los resúmenes de la tele?
-Veo mi partido para analizarlo y veo fútbol sin parar, todos los encuentros de la jornada. A un árbitro le tiene que gustar el fútbol, es algo innegociable. Yo veo por televisión todos los partidos de la jornada. Es mi trabajo.

-¿Los árbitros son autocríticos?
-Todos. No nos da igual el error; si nos equivocamos nos vamos enfadados a casa. Nos sentimos fatal, no duermes, piensas ‘cómo no lo pude ver’. El error del árbitro forma parte del juego. Se asume el error del portero, el del defensa o del delantero, pero no el del árbitro. Sin embargo, no hay diferencia.


Fuente: lavozdegalicia.es

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