viernes, 22 de diciembre de 2017

Un 2017 plagado de agresiones a árbitros

Se han denunciado más de 50 agresiones, el triple que en años anteriores
Christian Vera, que sufrió una cuando era menor de edad, cuenta su historia


Christian Vera es árbitro de Segunda Regional, asistente de Primera y dirige también partidos de fútbol base. Tiene 21 años y lleva arbitrando desde los 13 gracias a su abuelo. Ocho años en los que ha vivido de todo.

«¡Eso es roja! No tienes ni idea, ¡sinvergüenza! ¡Ponte gafas!».
Son las nueve de la mañana de un sábado en el barrio de Aluche, en Madrid. Un padre acompaña a su hijo de doce años al campo de fútbol, le deja en la entrada y se va a por un café. Le acompañan otros padres, otras madres, tíos, hermanos, abuelos. Una escena que se repite en cientos de miles de familias, en cientos de miles de campos por toda España. Se habla del frío, del trabajo o de política hasta que el hijo y sus compañeros salen a calentar. «¡Venga eh! ¡A por ellos! Va, va, va, toca. ¡Rápido!». No habla el entrenador, de pie, tranquilo, charlando con su segundo mientras los niños despiertan. Habla el padre, con el café en el estómago y el nervio en la garganta. Su partido ya ha empezado.
Son, también, las nueve de la mañana de un sábado en el barrio de Aluche, en Madrid. Christian Vera, de 21 años, no pudo salir a tomar algo con sus amigos ayer por la noche porque le tocaba partido a primera hora. Llega al campo una hora antes del inicio para ver el césped, las redes de las porterías y prepararse. Le gusta hablar con los entrenadores y ver dónde está la grada. Una escena que repiten cientos de miles de árbitros por todos los barrios de España. Sale andando al terreno de juego mientras observa a los niños calentando. «¡Vamos árbitro! ¡Pórtate bien!», le gritan desde la grada. No cruza miradas pero lo escucha. Se ríe. 


Ahí empieza su partido.
«¡Pero si no le ha hecho nada! Es un mierda, hombre», exclama un padre sobre un niño de doce años que se ha lesionado por la patada de su hijo. «Sí, sí le ha hecho», replica su mujer. El partido se va calentando como se calientan los derbis, los de La Liga y los de barrio, que para muchos son lo mismo. Da igual que sean hombres o niños, hooligans o padres, el fútbol se vive igual en la tierra de Aluche que en la hierba del Wanda Metropolitano, y Christian lo sabe: «No hay categoría tranquila ni fácil. Los peores son los padres. Da igual que sean niños, chicos, sénior o femenino. A lo mejor estás teniendo un partido relajado y uno te empieza a insultar porque no le gusta algo».
Christian vivió la peor situación de su carrera como árbitro hace cuatro años. Por aquel entonces tenía 16, era menor de edad y dirigía un derbi de categoría juvenil entre el Cantera FC y el Villaverde Bajo. 
El partido acabó 3-0 y los visitantes lo pagaron con él tras el pitido final. «El entrenador vino a darme la mano y no me la soltaba. Cada vez me la apretaba más. Empezamos a discutir y me acabó dando un cabezazo en la espalda. Mis padres estaban allí, mi madre atacada de los nervios... Llegó la Policía y acabamos en un juicio en el que no me quiso pedir perdón». A día de hoy ese entrenador no puede entrenar ni jugar al fútbol de manera federada, apartado de los campos y dado de baja por su club por agredir, recordemos, a un niño de 16 años al que se le dio por meterse a árbitro.

'Una patada en la cara deja inconsciente a un árbitro de 18 años', 'Persiguen y lanzan piedras a un árbitro en categoría cadete', 'Botellazo a un árbitro en 3ª División', 'Un juvenil partió la nariz a un árbitro'. Son todo noticias. El Sindicato de Árbitros ha denunciado ya más de 50 agresiones físicas a colegiados durante el año 2017, el triple que en 2015 y 2016. Hay casos en categoría sénior, juvenil, infantil... E incluso en benjamines. Ningún padre, familiar o aficionado va a reconocer que un sábado a las nueve de la mañana está insultando a un chico en un partido de niños.


Os dejamos el enlace de la noticia completa: 

Muchas agresiones venimos denunciando desde nuestra página hacia los árbitros, la violencia sigue creciendo en el fútbol sin que nadie ponga remedio, podíamos publicar multitud de casos de violencia ocurridos durante un fin de semana con la cantidad de partidos que se juegan en un fin de semana en España pero nosotros queremos reivindicar y ser participes como acostumbramos a denunciar todo lo que sucede en los terrenos de juego de nuestro territorio nacional hacia un colectivo que está sólo y desemparado por sus dirigentes sin que hagan mucho al respecto hacia la violencia que sufren ya que el interés es sacar adelante la competiciones sin más. 




Fuente: elmundo.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario